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Ya no hay por que preocuparse del volumen de la radio, o de la vibración de la esfera de luz sobre sus manos. Se ha ido.
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El cielo nocturno detrás de los arboles y la impenetrabilidad de sus ramas carcomía sus visceras. Allí estaba la hendidura, en el brazo izquierdo sobre la cicatriz; esa costra elevada y deforme que arrancó para esperar el nacimiento de una nueva piel.
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No habia tic tac sino una tela rajada cubriendo los cuerpos. Dejó de llover hace mucho tiempo.
-¿se va a morir?
-no, lamentablemente la muerte no existe. Sólo la desaparición de los cuerpos.
- Ah...entonces retirate.
Dictó la sentencia y esperar esta de más. Siendo el propio enemigo y lograr la paz de nuevo cuando la obra sea terminada. No existe no existe. Solo quedan 6 tubos de ensayo y una pipeta numerada para encontrar té otra vez.
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jui jui jui jijiji .....
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